La formación versará sobre la naturaleza jurídica del procedimiento Monitorio, la problemática del requerimiento de pago, competencia territorial y pluralidad de demandados. Posibles soluciones.

El proceso monitorio fue la estrella de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 2000, y sin duda la innovación jurisdiccional que levantó más expectativas en aquel momento, ya que era un procedimiento especial para la tutela judicial rápida y eficaz del crédito dinerario líquido de muchos justiciables y, en especial de profesionales y empresarios medianos y pequeños. Se trataba de un proceso que no existía hasta entonces y que pretendía convertirse en una especie de “Terminator” de los morosos recalcitrantes que medran impunemente en España; a la vez que servir de cauce para huir de procesos más lentos y costosos, y de instrumento para descongestionar a nuestros tribunales de instancia de una parte importante de su carga de trabajo. La estadistica judicial evidencia como el número de procesos monitorios que tramitan nuestros juzgados y tribunales se incrementa cada año ( (804.686 en 2021).

Su finalidad es conseguir que el deudor pague lo que adeuda a su acreedor tras el requerimiento de pago efectuado por el LAJ. No obstante, a pesar de la fama de proceso muy útil y ventajoso para el acreedor, por su simplicidad y bajo coste, la realidad es que, tanto su regulación como su aplicación por los tribunales, evidencia una serie de carencias, disfunciones y problemáticas sobre las que es necesario arrojar luz. A este respecto, son significativos los datos que se extraen de la estadistica judicial, que evidencia que la mayoría (55,7%) finalizan con la inadmisión del proceso monitorio; mientras que un 31,8% lo hace con el transcurso del plazo (inicio de la ejecución), el 5,5% con el pago y el 7,1% con la oposición. Se evidencia así que el proceso monitorio no está siendo un procedimiento tan eficaz para recobrar los créditos.

En consecuencia, los profesionales de la Procura deben conocer tanto las dificultades que se pueden plantear al emplear la técnica monitoria, como las posibles soluciones que pueden existir para solventar tales inconvenientes; de ahí la utilidad del presente Curso.

Procuradores y abogados, oficiales o empleados de despacho. Alumnos de grado en derecho o máster.